Haz conmigo lo que quieras, que por supuesto te perdonaría, mi locura no tiene fronteras, eres dueña de la vida mía. Cambia todo en un instante, que por supuesto también te lo creo, miente y trata de olvidarme ¿y que mi importa?, ¡nada! si yo así te quiero...
Voz de conquistadora convencida, ojos de ingenuidad que ha sido herida. Y compre de actitud de estar perdida, ¿quién puede resistirse, amado mío?. Y son tus besos, en verdad diez mil cadenas que me amarran a ti y me condenan. Sigo en la dirección que va mi alma, y él no se detiene aunque quiera pararlo.
Y me tomas, me besas, me abrazas, y sé suplicando que quiero volar ir contigo a otra parte, a esas nubes que alcanzo a tocar a tu lado, a tu lado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario