martes, 29 de junio de 2010

La garganta se me cierra, se me seca la boca, el estómago se me revuelve, quiero hablar pero no me salen las palabras.
El mundo se me cayó a pedazos,
todo perdió sentido, ya no sé qué hacer, no sé qué decir, no sé qué sentir. Me pasó de todo en la vida, sufrí mucho, pero hasta hoy creo que nunca había conocido el dolor. Un gran dolor, un dolor que no podía poner en palabras. Odiar y amar a la vez era una sensación desesperante. Un perdón que no alcanzó, un dolor que siempre está ahí.
La medida del dolor es el amor, no hay dudas, mas amas, más grande es el dolor. Un gran dolor, una herida que todavía no cicatriza
.
El dolor. Uno haría lo imposible por no sentir dolor.

- El amor es una bosta, para qué voy a estar con él si en algún momento lo voy a terminar lastimando. El amor es así, uno o el otro o los dos sufren y mucho.
- Y pero si ninguno termina lastimado?
- No, porque el amor es eso, es dolor, es sufrimiento, es angustia. Mira nosotros, resistiendo, dando la vida por ellos... No ames, si no queres sufrir no quieras a nadie.

No es el odio, no es la maldad, no es la injusticia lo que hace sufrir. Lo que duele es el amor.
El dolor, la maldad y la injusticia de los que amas, eso es lo que duele, pero duele con un dolor que mata. No amar, no sentir, incluso odiar, es lo único que puede apagar este dolor.

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